Según la Ley de Yerkes-Dodson, para un rendimiento óptimo se requiere de niveles medios de activación. Conforme se incremente el nivel de activación, se llega a un punto de estabilidad a partir del cual el rendimiento empieza a descender progresivamente. Lo mismo ocurre en el escenario contrario, cuando el nivel de tensión es excesivamente bajo.
El estudio requiere de poner en marca las aptitudes y procesos mentales a partir de cierto nivel de activación. Sin embargo, un nivel de tensión elevado puede afectar negativamente los procesos implicados.
Algunos de los efectos podrían ser los siguientes:
➡️Limitación del aprendizaje.
➡️La captación y fijación (memoria) del contenido estudiado es débil (huella némica).
➡️La atención se ve afectada.
➡️La evocación o el recuerdo pueden bloquearse.
➡️Desorganización mental, fenómeno de «mente en blanco».
➡️Conducta alterada al disminuir el grado de autocontrol.
Es importante que se valoren estas variables que pueden influir negativamente en el estudio y el proceso de aprendizaje. Así mismo, de presentarse el caso, es necesario aplicar algunas técnicas para la reducción de la ansiedad, tales como: autocontrol del pensamiento, clarificación de objetivos, relajación y respiración, gestión del tiempo, fragmentación de actividades por metas específicas, reprogramación, control de factores ambientales.